La Universidad Marquette es una universidad católica y jesuita comprometida con servir a Dios, mediante el servicio a nuestros estudiantes y la contribución al avance de los conocimientos. Nuestra misión, por lo tanto, es buscar la verdad, descubrir y compartir el conocimiento, fomentar la excelencia personal y profesional, promover una vida de fe, y desarrollar el liderazgo que se manifiesta en el servicio a los demás. Buscamos lograr todos estos objetivos para la gloria de Dios y el beneficio común de la comunidad humana.
Nuestros estudiantes, ya sean tradicionales o no tradicionales, universitarios, graduados o profesionales, asisten a la Universidad Marquette para compartir nuestro compromiso de alcanzar la excelencia en todos los aspectos como parte de un compromiso para toda la vida. Vienen a sumarse a una comunidad cuyos miembros —el cuerpo docente, el personal, los estudiantes, el Consejo Administrativo, los graduados y los amigos— consideran que la educación debe abarcar la integridad de la persona, tanto el aspecto espiritual y moral como el intelectual, tanto el corazón como la mente. Además, vienen a buscar las ventajas educativas, profesionales y culturales de una universidad ubicada en el centro de la ciudad. Nosotros, por nuestra parte, asumimos con seriedad la responsabilidad de fomentar y apoyar la excelencia de la enseñanza y la investigación, de seguir brindando una educación digna de Marquette que siga siendo accesible para una población estudiantil diversa, y de ofrecer ayuda y atención personal a cada miembro de la comunidad de Marquette.
Como universidad católica, estamos comprometidos con la búsqueda de la verdad sin restricciones, bajo el poder de la inteligencia humana y la fe cristiana, que se iluminan mutuamente. Nuestra identidad católica se manifiesta a través de nuestras elecciones de planes de estudios, nuestro patrocinio de actividades y programas dedicados al desarrollo de nuestra naturaleza religiosa, nuestra perspectiva ecuménica, y nuestro apoyo a las creencias y los valores católicos. Precisamente debido a que el catolicismo hace todo lo posible por ser inclusivo, es que estamos abiertos a recibir a todos los que compartan nuestra misión y busquen la verdad sobre Dios y el mundo, y tenemos un firme compromiso con la libertad académica como la condición necesaria para dicha búsqueda. Acogemos la diversidad de estos buscadores que pertenecen a nuestra institución y nos beneficiamos enormemente de esta diversidad, incluso al elegir y celebrar de manera libre nuestra propia identidad católica.
Como universidad jesuita, Marquette plasma las tradiciones intelectuales y religiosas de la Compañía de Jesús. A través de un plan de estudios académicamente riguroso y centrado en los valores, nuestros estudiantes reciben una base sólida en Humanidades, preparación para trabajar en un mundo cada vez más complejo y heterogéneo, y formación para la vida como líderes éticos y bien informados de sus comunidades religiosas, culturales, profesionales y cívicas. Los estudiantes trabajan en conjunto con los integrantes de nuestro cuerpo docente y aprenden de ellos, que son verdaderos profesores-académicos cuya investigación no solo incrementa el conocimiento humano, sino que también orienta su enseñanza. Su dedicación a los estudiantes es fundamental para sus vidas intelectuales y profesionales.
A través de nuestros programas académicos y curriculares complementarios, el personal de Marquette se esfuerza por preparar a hombres y mujeres que dediquen su vida al servicio de los demás y que participen de manera activa en la lucha por alcanzar una sociedad más justa. Esperamos que todos los miembros de la comunidad de Marquette, sin importar su tradición religiosa, manifiesten sus creencias de forma concreta mediante la entrega al servicio de aquellos que lo necesiten.
Como universidad católica y jesuita, Marquette reconoce y valora la dignidad de cada persona, sin importar su edad, cultura, credo, origen étnico, raza, sexo, orientación sexual, idioma, discapacidad o clase social. Precisamente debido a que el catolicismo hace todo lo posible por ser inclusivo, es que estamos abiertos a recibir a todos los que compartan nuestra misión y busquen la verdad sobre Dios y el mundo. A través de nuestras prácticas y políticas de ingreso y empleo, nuestra oferta de actividades curriculares y complementarias, y el entorno seguro y acogedor de nuestro campus, Marquette busca transformarse en una comunidad académica más inclusiva y heterogénea dedicada al fomento de la justicia.
Nuestro compromiso con una comunidad universitaria heterogénea nos ayuda a alcanzar la excelencia mediante el fomento de una cultura de aprendizaje, reconocimiento y comprensión. Cada miembro de la comunidad de Marquette debe tratar a todas las personas con cuidado y respeto, y valorar y apreciar las diferencias. Este llamado a la acción forma parte de la tradición que compartimos.
Aprobados el 8 de diciembre del 2014
De acuerdo con la misión y la visión católicas y jesuitas de la Universidad Marquette, consideramos que todas las personas y las cosas se crearon para alabar, venerar y servir a Dios en nuestra comunidad y en todo el mundo; por lo tanto, todo aspecto del alma y el trabajo de la universidad respalda este principio y fundamento íntegramente. Por consiguiente, ejecutamos estos valores y estas conductas para nuestra vida y nuestro trabajo, a fin de servir a la gloria de Dios:
La Universidad Marquette aspira a estar entre las universidades católicas y jesuitas más innovadoras y prestigiosas del mundo, y a que se le reconozca como tal, mediante la promoción de la gloria de Dios y el bienestar de la humanidad.
Debemos superar los límites académicos tradicionales y adoptar métodos nuevos y colaborativos para la enseñanza, el aprendizaje, la investigación y el servicio en un entorno inclusivo que ayude a todos nuestros miembros a alcanzar su máximo potencial.
Los graduados de Marquette podrán solucionar problemas y ser catalizadores del cambio en un mundo complejo, a fin de que estén listos en todos los aspectos para “ir y encender el mundo” con el espíritu de San Ignacio de Loyola y Jacques Marquette.
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